La recuperación de calor ahorra dinero y beneficia el medio ambiente

¿Por qué recuperar el calor?

La pregunta debería ser en realidad: ¿Por qué no recuperar el calor?
De manera sorprendente, el 100 por ciento de la energía (eléctrica) consumida por un compresor se convierte en calor. Hasta el 96 % de esta energía se puede recuperar y reusar para calefacción de recintos o con el propósito de producir agua caliente. Esto no solo reduce el consumo de energía primaria, sino que también mejora el saldo de energía total.

El calor en el compresor

Casi el 100 por ciento de la energía eléctrica consumida por un compresor rotativo se convierte en calor. El diagrama del flujo de calor,  muestra cómo dicha energía se distribuye por el sistema compresor, así como la forma de recuperarla.

Aproximadamente, el 96% de la energía se puede recuperar para ser reusada, dos porciento se queda en el aire comprimido y el dos porciento restante sale del compresor para difundirse en el entorno. Entonces, ¿de dónde proviene la energía que puede aprovecharse del aire comprimido?

La respuesta es realmente sencilla y sorprendente a la vez: Durante el proceso de compresión y la conversión de la energía eléctrica de accionamiento en calor, el compresor carga el aire que toma de la atmósfera con un potencial energético. Este potencial corresponde a cerca del 25 porciento de la energía eléctrica que ha sido consumida por el compresor. Sin embargo, esta energía sólo se puede utilizar cuando el el aire comprimido se expande en su punto de uso, absorbiendo al hacerlo energía calórica de su entorno. Por supuesto que la cantidad de energía disponible para ser usada depende de las pérdidas tanto de presión como por fugas que se presentan dentro del sistema de aire comprimido.

El calor derivado por los compresores también puede canalizarse hacia sistemas de calefacción por agua o de agua caliente ya existentes. La forma más económica de hacerlo es instalar intercambiadores de calor de placas. El intercambiador se conecta al circuito de aceite de refrigeración del compresor y traspasa la energía del fluido caliente al agua que se desea calentar. Dependiendo de si el agua caliente se va a utilizar para sistemas de calefacción, para duchas o sistemas de lavado o bien para procesos de producción o limpieza más delicados, deberá elegirse un intercambiador de calor de placas o uno de seguridad. Así es posible aprovechar un 70-80% de la potencia instalada para aplicaciones termo técnicas sin invertir energía adicional. Esta variante también es viable en el caso de compresores de tornillo con refrigeración primaria por agua.

Por lo tanto, la recuperación del calor puede mejorar y mucho, la eficiencia de una instalación de aire comprimido al tiempo que reduce el impacto medioambiental, ya que permite disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. El alcance de la inversión depende de las condiciones del lugar donde se instale, del campo de aplicación y del sistema de recuperación del calor que se elija.

 

Fuente: kaeser.com

 


Compartir